lunes, 1 de junio de 2015

Jerusalen ¿Tierra santa?



Recorriendo las antiguas callejuelas de Jerusalén,  seguía los pasos del profeta; Del controversial rabino en su vía dolorosa.  Repetía esas antiguas oraciones que parecían olvidadas.  Me siento abrigado por un sentimiento de paz como un niño en los brazos de su madre; Es aquella   fe con la que nací y crecí,  es tan parte de mi como mi identidad misma.
En una esquina la potente voz del almuédano llama a la oración desde la mezquita y casi extingue las nuestras. Del otro lado de la calle  siento las  miradas despectivas de los judíos; O mejor dicho de la policía Israelí que abría el paso para nuestra procesión. 
Me siento acogido y seguro en mi grupo. Los judíos y los musulmanes son los otros. En ese momento que tres verdades absolutas se encuentran en el camino, la fe pareciera convertirse en una maldición.

Mi familia (Blanca y Asia) y yo,  llevábamos casi cinco meses viajando por África con destino a Medio Oriente e Israel estaba en nuestro itinerario.  Tras las pisadas  de Moisés cruzamos la frontera de Egipto  con destino a Jerusalén. La tierra prometida.  
Jerusalén una tierra disputada a través de tiempos muy remotos por diferentes culturas y religiones. Su silencioso testimonio ha visto nacer religiones y profetas, pero  ha visto morir a muchos más como defensores o víctimas de las mismas. 

He visitado muchos centros urbanos de diferentes culturas a través de mi vida. Unos revelan un pasado glorioso entre sus ruinas abandonadas, otros apenas y tienen  pequeños vestigios históricos de un mejor pasado, entre una  urbanidad del tercer mundo. Pocos se encuentran en su momento con soberbios monumentos  que vanaglorian  sus victorias y edificaciones  que denotan abundancia y riqueza.

Jerusalén es totalmente distinta a las demás. Jerusalén pareciera resumir la historia de todos aquellos lugares que fueron y aun son. Jerusalén ha visto el nacer y el ocaso de arrogantes imperios y culturas. Egipto, Babilonios, Asirios, Griegos, Romanos, Otomanos, etc. Inclusive da la impresión de que verá el ocaso de las potencias actuales.  Jerusalén es el corazón de la humanidad misma. Que solo dejará de latir para dar fin a nuestra civilización. 

Masada y vistas
Recuerdo que cuando cruzamos la frontera. Fui cuestionado por el origen de mi nombre. La religión de mi padre y de mi abuelo. Esto sucedió debido a que mi aspecto se asemeja a la de una persona de origen semita. 

Al llegar al hostal donde nos hospedamos. Conocimos a un grupo de tres chilenos. Dos de ellos eran  hermanastros.  Raúl  era hijo de una mujer gentil y vive en España,  Deborah su hermana,  era hija de una joven mujer judía.  Según la lectura que hice de la situación, Deborah  sintió ese fuerte llamado que sienten muchos judíos en cierto momento de sus vidas. El retorno a  la  tierra prometida por Jehová al pueblo de Israel.  El otro Chileno era Rodrigo, el novio de Deborah quien daba la impresión de sentirse rebasado y tal vez frustrado por no poder comprender como es que su novia renunciaba al mundo donde nació y vivió toda su vida, dejando atrás todo…….. Inclusive la  relación que ellos tenían.

Juntos rentamos un carro para ir  a Masada.  La cual escalamos  durante el alba, mientras nos extasiábamos con las impresionantes vistas del desierto y las hermosas tonalidades que toma durante el amanecer.  

Masada fue  el último bastión  de los judíos rebeldes al imperio romano hace dos mil años. Irónicamente sus vestigios denotan una gran influencia romana debido a que el gran constructor de las ruinas de Masada fue Herodes el grande. El protegido por los romanos y odiado por el pueblo que gobernaba.  El valiente pueblo de Israel que se refugiaba en Masada, decidió quitarse la vida antes de otorgarle  el poder a los romanos de humillarlos y masacrarlos.  Esto representa la antesala de la diáspora que duró  dos mil años y ese mismo acto de valentía que enorgullece tanto a los judíos hoy en día, les daría la fortaleza necesaria a muchos de ellos para afrontar las atrocidades  que les infringieron los nazis durante la segunda guerra mundial.   

Vistas del desierto desde masada
Desde los pequeños ventanales que aún permanecen  en el muro perimetral de la antigua fortaleza,  se pueden ver las aguas del mar muerto y por el otro lado la improvisada rampa de tierra que los romanos construyeron para subir, con la intención de aniquilar a los revoltosos. Al estar ahí, es prácticamente imposible no pensar que desde esas mismas ventanas, los rebeldes observaban el avance romano y el fatídico destino que los esperaba; Orillándolos a tomar la valiente decisión del suicidio colectivo. El cual consistió en elegir a unos cuantos para que apuñalaran a todos, a uno de ellos para que apuñalara a los verdugos  y  finalmente suicidarse. 

Durante nuestra estancia en el área,  también visitamos Belén, hoy parte de palestina y que se encuentra amurallada por Israel para contener a los palestinos dentro de sus cada vez más reducidos territorios. Conocimos el lugar donde la esposa de Constantino el grande,  (el primer emperador romano cristiano) decidió que Jesús debió haber nacido. Cientos de fieles cristianos visitaban el lugar con una particular adoración. 

Entrada a la sección de las tumbas en el Hebrón
En esa misma visita a Belén nos transportamos  al Hebrón. Ubicado también en la región de palestina y donde vive una pequeña colonia judía en un ambiente de gran tensión. Este pequeño lugar resguarda los restos de Abraham el patriarca de los judíos y pilar de las tres religiones monoteístas. Al bajar del camión que nos transportó a este lugar, decenas de guías palestinos se acercaron para llevarnos por el sitio.  Al intercambio de pocas palabras nos dimos cuenta que los guías parecían mas bien promotores del odio o resentimiento, pues hablaban de llevarnos a lugares donde atestiguaríamos las injusticias y atrocidades que los judíos han cometido en su contra. Llamándolos cáncer de la humanidad o tratando de explicarnos que los musulmanes no son el problema de nuestros tiempos,  sino los judíos.  Haciendo caso omiso a sus comentarios  y evitando involucrarnos en un conflicto ancestral y que en forma evidente no tendrá un buen fin, mejor seguimos solos y  cruzamos  varios antiguos arcos  que se encuentran  debajo de los edificios principales donde  la vida urbana sucedía. Pasamos por  rigurosos puestos de control instalados por la policía Israelí, y nos cuestionaban  sobre nuestra nacionalidad o religión.

Esta policía militar escondía su rostro detrás de cascos y máscaras con grandes anteojos, que  junto con su  uniforme y chaleco antibalas se mostraban intimidantes. Una vez penetrando el área resguardada y después de enseñar nuestros pasaportes, los  rostros ya descubiertos de jóvenes Israelís se mostraban sonrientes, pero al mismo tiempo denotaban frustración por encontrarse en un área en eterno conflicto. 

Una de las estaciones del viacrusus
Sobre la Jerusalén de Herodes el grande,  camino y vivió Jesús sus últimos días. Sin embargo hoy existe un simbólico viacrucis que representa los dolorosos momentos que paso Jesús antes de ser crucificado. Esta es conocida como la vía dolorosa, la cual se encuentra marcada con lunetas en ciertas callejuelas de la ciudad antigua. Esto se hizo  de acuerdo a  los registros bíblicos sobre los sucesos que ocurrieron  antes de su crucifixión, como las caídas que tuvo el profeta al cargar la cruz por ejemplo.  La vía dolorosa comienza en la puerta de los leones, cerca de la antigua fortaleza Antonia, dirigiéndose a través de la ciudad antigua a la Iglesia del Santo Sepulcro.

Policia Israeli y monjes franciscanos en evidente actitud durante el viacrusis


El viernes visitamos el conocido muro de los lamentos para presenciar el Sabbat que es el día santo de la semana judía.  El Sabbat  comienza a partir del atardecer del viernes hasta el momento en que se puede ver la primera estrella en el firmamento el día sábado. 

Muro de los lamentos durante el sabbat
El  muro de los lamentos es el último vestigio que permanece en pie del gran templo que hizo construir Herodes el grande y que fue destruido por los romanos durante la gran rebelión la cual culmino en el año 70 D.C. La destrucción estuvo a cargo del general Tito y este dejo tan solo esta parte del templo para que los judíos no olvidaran que fue Roma quien venció en Judea. 

Durante dos mil años este lugar estuvo fuera del dominio Judío,  aunque durante todo el tiempo fue un lugar de peregrinaje para estos. No fue sino hasta la guerra de los seis días en la que una coalición árabe enfrento a Israel  en el año de 1967 y al ser derrotada por el poderío militar sionista, Jerusalén quedo dentro de sus dominios nuevamente.  Hoy en día centenares de judíos ortodoxos oran y se congregan durante el Sabbat frente al muro. En las oraciones los judíos ponen papeles con sus peticiones entre las grietas del muro, pues es la creencia que en el templo reside Dios. Así mismo bailotean al rezar con movimientos muy extraños. Hay muchas interpretaciones de porque hacen eso, pero al final creo que todas o ninguna se debe de tomar por buena. Unos dicen que dicho movimiento asemeja el movimiento de una flama, o que ese bailoteo es producto de la fuerza estremecedora que produce  la oración al entrar en contacto con dios. 

Durante el Sabbat la actividad económica de Israel se ve paralizada casi por completo ya que de acuerdo a la religión, el dinero no debe ser tocado por nadie  y es por eso que nosotros decidimos estar, visitar y comer en la parte árabe de la ciudad.  El sábado por la tarde esperamos en el hostal a que saliera la primera estrella en el cielo para ir a cenar en el área de bares y restaurantes que se llena de vida los sábados por la noche.

Al dirigirnos a esta área,  vimos una gran manifestación de judíos ortodoxos en las calles que era controlada o contenida  por la policía.  Al parecer el motivo de la manifestación era una exigencia al gobierno  para que no dejara circular taxis en la ciudad durante el Sabbat, ya que este tipo de servicio lo proveen los palestinos a quienes no les importa el Sabbat o las reglas de la tora. Por lo tanto gustosamente tocan los shekels que les caen en las manos.  Mientras eso sucedía un pequeño grupo de jóvenes Israelís que caminaban justo al lado de la manifestación,  se enfureció y empezaron a golpear a algunos ortodoxos que se encontraban en su camino. Rápidamente la policía intervino y trato de calmar los muy tensos ánimos que predominan en esta ciudad en el día a día.

Cuando el pequeño grupo de jóvenes finalmente se alejaba,  amenazaban a los ortodoxos mientras caminaban.  De hecho un poco más tarde y al estar sentados en las sillas exteriores de un restaurant. Vimos pasar de nuevo  al ahora grande grupo de jóvenes con dirección hacía el sitio donde ocurría la manifestación.
Al parecer gran parte de la juventud de  Israel, no es precisamente devota de su fe y todo este tema de la religión, junto con las tensiones que está puede llegar a ocasionar, los enoja en sobremanera; Debido a que son ellos los que deben de enfrentarse en combate por culpa de las creencias de los ortodoxos, quienes no están obligados a enlistarse en el ejército o hacer el servicio militar, mientras ellos si lo están  perdiendo algunos años de su juventud. 

La cupula de la roca
Contentos porque ya nos quedaban pocos días en la santa pero muy tensa ciudad de Jerusalén, pensamos que no podíamos despedirnos de Jerusalén sin visitar  la Roca, pues es una de las edificaciones  más emblemáticas de Jerusalén. La Roca es una mezquita que se ubica justo en la parte de arriba del muro de los lamentos y en la parte alta de la ciudad vieja. Esta fue construida entre los años 687 y 691 por el noveno califa, Abd al-Malik. . 

Dentro del templo se encuentra una roca, la cual según el Islam es el punto de donde se impulsó   Mahoma para elevarse al cielo junto con el arcángel Gabriel.
Claro está que al encontrarse en tierra alta de la base del muro de los lamentos, es otro  punto de tensión para las dos religiones.  Al ingresar al área del patio que rodea la mezquita se debe de cruzar otro punto de control para evitar la filtración de armas.  Ya que los judíos acusan a los palestinos de haber lanzado rocas desde el patio que rodea a la mezquita a la base del muro de los lamentos durante el Sabbat.      

Después de 10 días en Israel partimos hacia la frontera de Jordania con el objetivo de cruzar a este país y visitar las ruinas de petra y las ruinas de romanas de gerasa. En el camión conocimos a un norteamericano cristiano que también se dirigía a Jordania y durante el camino mantuvimos conversaciones de diferentes tópicos, pero invariablemente desemboco en un tema religioso. Citando algunas de sus palabras: “El día del juicio final se encuentra cerca y el tiempo se les agota a los judíos para aceptar a Jesús como su verdadero salvador y el perdón de sus pecados”

Me gustaría tener una mayor riqueza en el lenguaje para poder describir lo contentos que nos sentimos al cruzar la frontera con Jordania y los hastiados que nos sentíamos de la tierra  santa con sus rituales y fanatismos religiosos  llevados al extremo.



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