jueves, 25 de junio de 2015

Varanasi


Varanasi

Un lugar donde se respira la muerte entre la intensidad de la vida

Caminando por las callejuelas laberínticas de Vanarasi me pierdo entre el bullicio y la intensa actividad humana azotada por el calor del mediodía.  Solo pensaba en salir hacia el rio para sentir la brisa fresca que corre junto a la corriente del agua.  Por un segundo percibo  ese peculiar olor a carne quemada y entonces me di cuenta que estaba cerca de un crematorio.  A medida que el aire se tornaba más denso, vi el humo moverse en remolino a pocos metros y sobre los edificios. Después de unos pasos ahí estaba,  un cuerpo estaba envuelto en llamas; Entre el humo y la gente  apenas y se alcanzaba ver el brillo del sol que se reflejaba en el  agua. Unos pasos más y entre ese asfixiante ambiente de muerte sentí la sutil caricia del aire fresco que denotaba vida.

Por segunda ocasión en mi vida visitaba a Vanarasi. La primera vez que estuve en este lugar fue en el verano del 2006 y el lugar se veía distinto. La marea del rio que corre frente a la ciudad,  en aquel entonces se encontraba mucho más alta. Las intensas lluvias del monzón habían alimentado considerablemente su causal, haciendo que el Ganges prácticamente se desbordara sobre las edificaciones. A diferencia del 2006 esta vez viaje con mi esposa e hija, pero también era mucho más fácil caminar frente al rio, pues el agua no se encontraba dentro de las construcciones como lo fue durante mi primera visita, sino tenía su cauce normal haciéndolo mucho más disfrutable tanto por sus accesos como por el  clima. 

Esta vez decidí que nos  quedáramos  en un hotel frente al rio y por lo tanto vivimos en forma más intensa el mágico ritmo de la ciudad,  donde básicamente toda la actividad se desenvuelve  en torno a la madre Ganga, como es conocido también el rio  Ganges.
Vanarasi es la capital espiritual del hinduismo,  es una de las ciudades más antiguas con vida de la humanidad. Sus vestigios datan de aproximadamente 3,300 años, aunque la leyenda la ubica 3,000 años antes de cristo supuestamente fundada por Shiva el dios destructor. La ciudad antigua fue destruida por los mongoles en un infructífero intento de erradicar el hinduismo, para ellos implementar el Islam.

 El nombre de Varanasi tal vez proviene de los dos ríos que fluyen en la cercanía al sur y al norte, los cuales llevan por nombra Varuna y Asi, prácticamente formando el nombre de Varanasi.
Benarés como también es conocida y llamada, es un lugar donde se respira la muerte en forma constante, ya que  los crematorios funcionan día y noche. Muchas personas de la India viajan a esta ciudad para vivir sus últimos días esperando la muerte. Ya que es la creencia del hinduismo que si uno muere en Benarés y si su cuerpo es cremado arrojando sus cenizas al Ganges, se rompe el interminable ciclo de la reencarnación para finalmente descansar en paz. 

Desafortunadamente no todos pueden darse el lujo de ser cremados pues no cuentan con los recursos económicos para hacerlo y por lo tanto sus restos mortales son arrojados al rio sin más. Otros como, las mujeres embarazadas y los niños menores de cierta edad tampoco son cremados, debido a que el ciclo de sus vidas no fue completado sino interrumpido en forma abrupta, por lo tanto los elementos cierran ese ciclo que quedo abierto.

A pesar de que la muerte se encuentra presente en todo momento y en todo lugar, ya sea en los crematorios, el rio e inclusive por las calles donde deambulan los moribundos que esperan su momento final; La ciudad  irónicamente está llena de vida.

 El bullicio de sus calles no es similar al de ningún otro lugar que haya visto.  Las multitudes se mueven como un rio de gran caudal en  un incesante griterío y remolinos de movimiento para esquivar a las vacas, bicicletas, motos y procesiones hacia al Ganges.  Leprosos, mendigos y sadus resaltan entre las hordas de personas que caminan entre  las abrumadoras cantidades de basura y el húmedo calor que regularmente impera en este lugar.  Otros se bañan en el rio para purificar su espíritu y en algunas ocasiones pasa un muerto flotando a poca distancia de la orilla en avanzado estado de descomposición.  Otros lavan sus ropas y los niños regularmente nadan para refrescarse mientras juegan con muchos otros. Entre las sombras de las edificaciones los jóvenes juegan cricket que es el deporte nacional por excelencia que heredaron de la colonia inglesa.

Cada amanecer miles de religiosos peregrinos oran y  se bañan en el lado oeste de la madre ganga para recibir  los primeros rayos del sol como en un baño de sanación espiritual. La atmosfera se llena de paz y tranquilidad.  Los visitantes navegamos en las embarcaciones para observar los hermosos y pacíficos rituales de pureza que toman lugar a nuestro alrededor. 

Los crematorios siguen funcionando denotando muerte entre una gran actividad  de vida, con los  leñadores y familiares, que se encuentran a pocos metros de los peregrinos que oran por las mañanas. Nuestra  temporalidad se plasma en una forma muy visual. Unos mueren, dejando espacio para los vivos en un interminable ciclo en el que la vida siempre prevalece como un milagro inexplicable.  

A medida que la luz del sol se hace más intensa y como en un proceso de fotosíntesis la ciudad pareciera que cobra más vitalidad.

Una vez que ha pasado el atardecer, el ritual del Aarati toma lugar en uno de los gaths frente al rio todas las noches. La casta de los brahmanes  hacen ofrendas de flores y de luz como agradecimiento a la madre ganga. Acompañando al ritual con bellos cantos en sanscrito y mantras al ritmo de las campanas, tambores y diferentes instrumentos musicales de tradición hinduista. Durante el ritual están presentes los cinco elementos: la tierra, el agua, la luz, el espacio y el viento que son pruthvi, jal, tej, akash y vayu correspondientemente.
 

La gente se aglutina frente a las orillas del rio, frente al escenario o donde haya un lugar disponible para observar. Se hacen ofrendas de flores y veladoras al rio iluminándolo con pequeñas luces flotantes que emanan de las pequeñas veladoras. Dándole un toque todavía más espiritual.


Ciertamente que después de pasar unos días en este lugar lleno de vida y muerte, dichos elementos se entremezclan de una forma extraña, sacudiendo al ser en forma fuerte pero también sutil.

Recuerdo que la primera vez que visite este lugar tan único, tuve profundos auto cuestionamientos sobre mi existencia. Es mi creencia que cuando los vivos nos exponemos a la muerte en forma tan cercana, es inevitable no tener un viaje interno de abstracción y restructuración sobre  nuestros valores y en que forma utilizamos nuestro tiempo tan finito y transitorio en el que vivimos.


En esta ocasión Blanca y Asia tuvieron momentos similares, pero cada quién en su propio contexto o circunstancia. 

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