jueves, 25 de junio de 2015

Varanasi


Varanasi

Un lugar donde se respira la muerte entre la intensidad de la vida

Caminando por las callejuelas laberínticas de Vanarasi me pierdo entre el bullicio y la intensa actividad humana azotada por el calor del mediodía.  Solo pensaba en salir hacia el rio para sentir la brisa fresca que corre junto a la corriente del agua.  Por un segundo percibo  ese peculiar olor a carne quemada y entonces me di cuenta que estaba cerca de un crematorio.  A medida que el aire se tornaba más denso, vi el humo moverse en remolino a pocos metros y sobre los edificios. Después de unos pasos ahí estaba,  un cuerpo estaba envuelto en llamas; Entre el humo y la gente  apenas y se alcanzaba ver el brillo del sol que se reflejaba en el  agua. Unos pasos más y entre ese asfixiante ambiente de muerte sentí la sutil caricia del aire fresco que denotaba vida.

Por segunda ocasión en mi vida visitaba a Vanarasi. La primera vez que estuve en este lugar fue en el verano del 2006 y el lugar se veía distinto. La marea del rio que corre frente a la ciudad,  en aquel entonces se encontraba mucho más alta. Las intensas lluvias del monzón habían alimentado considerablemente su causal, haciendo que el Ganges prácticamente se desbordara sobre las edificaciones. A diferencia del 2006 esta vez viaje con mi esposa e hija, pero también era mucho más fácil caminar frente al rio, pues el agua no se encontraba dentro de las construcciones como lo fue durante mi primera visita, sino tenía su cauce normal haciéndolo mucho más disfrutable tanto por sus accesos como por el  clima. 

Esta vez decidí que nos  quedáramos  en un hotel frente al rio y por lo tanto vivimos en forma más intensa el mágico ritmo de la ciudad,  donde básicamente toda la actividad se desenvuelve  en torno a la madre Ganga, como es conocido también el rio  Ganges.
Vanarasi es la capital espiritual del hinduismo,  es una de las ciudades más antiguas con vida de la humanidad. Sus vestigios datan de aproximadamente 3,300 años, aunque la leyenda la ubica 3,000 años antes de cristo supuestamente fundada por Shiva el dios destructor. La ciudad antigua fue destruida por los mongoles en un infructífero intento de erradicar el hinduismo, para ellos implementar el Islam.

 El nombre de Varanasi tal vez proviene de los dos ríos que fluyen en la cercanía al sur y al norte, los cuales llevan por nombra Varuna y Asi, prácticamente formando el nombre de Varanasi.
Benarés como también es conocida y llamada, es un lugar donde se respira la muerte en forma constante, ya que  los crematorios funcionan día y noche. Muchas personas de la India viajan a esta ciudad para vivir sus últimos días esperando la muerte. Ya que es la creencia del hinduismo que si uno muere en Benarés y si su cuerpo es cremado arrojando sus cenizas al Ganges, se rompe el interminable ciclo de la reencarnación para finalmente descansar en paz. 

Desafortunadamente no todos pueden darse el lujo de ser cremados pues no cuentan con los recursos económicos para hacerlo y por lo tanto sus restos mortales son arrojados al rio sin más. Otros como, las mujeres embarazadas y los niños menores de cierta edad tampoco son cremados, debido a que el ciclo de sus vidas no fue completado sino interrumpido en forma abrupta, por lo tanto los elementos cierran ese ciclo que quedo abierto.

A pesar de que la muerte se encuentra presente en todo momento y en todo lugar, ya sea en los crematorios, el rio e inclusive por las calles donde deambulan los moribundos que esperan su momento final; La ciudad  irónicamente está llena de vida.

 El bullicio de sus calles no es similar al de ningún otro lugar que haya visto.  Las multitudes se mueven como un rio de gran caudal en  un incesante griterío y remolinos de movimiento para esquivar a las vacas, bicicletas, motos y procesiones hacia al Ganges.  Leprosos, mendigos y sadus resaltan entre las hordas de personas que caminan entre  las abrumadoras cantidades de basura y el húmedo calor que regularmente impera en este lugar.  Otros se bañan en el rio para purificar su espíritu y en algunas ocasiones pasa un muerto flotando a poca distancia de la orilla en avanzado estado de descomposición.  Otros lavan sus ropas y los niños regularmente nadan para refrescarse mientras juegan con muchos otros. Entre las sombras de las edificaciones los jóvenes juegan cricket que es el deporte nacional por excelencia que heredaron de la colonia inglesa.

Cada amanecer miles de religiosos peregrinos oran y  se bañan en el lado oeste de la madre ganga para recibir  los primeros rayos del sol como en un baño de sanación espiritual. La atmosfera se llena de paz y tranquilidad.  Los visitantes navegamos en las embarcaciones para observar los hermosos y pacíficos rituales de pureza que toman lugar a nuestro alrededor. 

Los crematorios siguen funcionando denotando muerte entre una gran actividad  de vida, con los  leñadores y familiares, que se encuentran a pocos metros de los peregrinos que oran por las mañanas. Nuestra  temporalidad se plasma en una forma muy visual. Unos mueren, dejando espacio para los vivos en un interminable ciclo en el que la vida siempre prevalece como un milagro inexplicable.  

A medida que la luz del sol se hace más intensa y como en un proceso de fotosíntesis la ciudad pareciera que cobra más vitalidad.

Una vez que ha pasado el atardecer, el ritual del Aarati toma lugar en uno de los gaths frente al rio todas las noches. La casta de los brahmanes  hacen ofrendas de flores y de luz como agradecimiento a la madre ganga. Acompañando al ritual con bellos cantos en sanscrito y mantras al ritmo de las campanas, tambores y diferentes instrumentos musicales de tradición hinduista. Durante el ritual están presentes los cinco elementos: la tierra, el agua, la luz, el espacio y el viento que son pruthvi, jal, tej, akash y vayu correspondientemente.
 

La gente se aglutina frente a las orillas del rio, frente al escenario o donde haya un lugar disponible para observar. Se hacen ofrendas de flores y veladoras al rio iluminándolo con pequeñas luces flotantes que emanan de las pequeñas veladoras. Dándole un toque todavía más espiritual.


Ciertamente que después de pasar unos días en este lugar lleno de vida y muerte, dichos elementos se entremezclan de una forma extraña, sacudiendo al ser en forma fuerte pero también sutil.

Recuerdo que la primera vez que visite este lugar tan único, tuve profundos auto cuestionamientos sobre mi existencia. Es mi creencia que cuando los vivos nos exponemos a la muerte en forma tan cercana, es inevitable no tener un viaje interno de abstracción y restructuración sobre  nuestros valores y en que forma utilizamos nuestro tiempo tan finito y transitorio en el que vivimos.


En esta ocasión Blanca y Asia tuvieron momentos similares, pero cada quién en su propio contexto o circunstancia. 

martes, 9 de junio de 2015

El gran salto


En medio del avasallante calor esperábamos el momento dorado. Los turistas y locales estábamos formando un circulo alrededor de los toros, cuando de repente la desnuda y esbelta figura de un joven africano paso corriendo entre la pequeña  multitud y después sobre los lomos de las bestias. En ese instante  acababa de traspasar la  imperceptible frontera  que divide la juventud de la adultez


Blanca, Asia y yo viajamos a Etiopia con el fin de conocer la rutica histórica del norte del país y asistir al festival de timkat en Lalibela.  Etiopia no es uno de esos destinos frecuentes o un país cercano como para dejar pasar un área interesante para la próxima vez.  Por lo tanto pensamos en no perder la oportunidad de ir al sur de esta nación para conocer el valle del omo.
El valle del omo lleva ese nombre debido al rio omo que se encuentra dentro del valle mismo.  Este lugar  es un verdadero yacimiento de antiguos esqueletos del homo sapiens. Se encuentra en las cercanías de la frontera con Kenia y del lago Turkana.  Así mismo es el hogar de algunos grupos humanos que aún viven en forma muy tribal o inclusive primitiva como lo son los Surma, los Karo, los Hammer, los Mursi, los Ari, los Banna y los Bumi. 



Mujer mursi
Estos pequeños grupos de personas se dedican mayormente a la recolección,  la caza y al pastoreo de sus animales. Apenas y cubren sus desnudos torsos con algo de ropa, pero si utilizan armas largas para proteger a su ganado y comunidades en contra de los depredadores. Se reúnen algunos días de la semana para intercambiar productos en los mercados que toman lugar en los asentamientos humanos más grandes o pequeños pueblos. Caminan grandes distancias para esta forma de interacción social y hoy en día el turismo etnográfico se  ha convertido en una nueva forma de desarrollo económico, ya que a ellos les toca una pequeña derrama monetaria  cuando son fotografiados.
Antes de embarcarnos para  Etiopia había visto algunas fotos de las tribus que habitan este valle y me parecieron bastantes atractivas como para hacer una desviación hacía al sur del país durante  nuestro viaje.  Al investigar más sobre el área me enteré sobre esta singular ceremonia llamada el salto del toro, que es realizada por la tribu de los Hamer.  El salto del toro es básicamente un ritual de iniciación a la vida adulta de un hombre, despidiendo su niñez al probar su valor. 
Este tipo de ceremonias ocurren entre febrero hasta principios de  abril,  desde Julio hasta septiembre y en la segunda mitad de diciembre. 
No esperábamos ser testigos de este ritual porque en realidad no hay un calendario exacto para estas ceremonias, pero sobre todo después de que cuando llegamos a la pequeña población de Konso ya en el valle del omo, una ceremonia había ocurrido tan solo un día antes. Por lo tanto nunca pensé que tuviéramos esa suerte, como para que hubiera otra en esa semana, y tampoco teníamos los dedos cruzados. 
Viajar por el valle del omo, puede ser bastante complicado e incómodo si es que uno busca hacerlo en forma independiente o utilizando el transporte público. Lo más independiente que pudimos hacerlo y dentro de unos estándares de comodidad aceptable, fue rentando una camioneta 4 por 4 con chofer en Addis Abbeba. Nuestro chofer era un joven capitalino bastante relajado llamado Biruk Ketema a quien le llamábamos Bruke.
Estuvimos en el área del Omo Valley por aproximadamente 10 días acampando en pequeñas poblaciones donde había servicios de campamento y baños.  El área se encontraba bastante desértica durante el mes Febrero y el calor era fuerte.
Visitamos varias villas, pueblos y mercados. Los mercados son de gran actividad social y los productos a la venta son extremadamente básicos. Cinturones de los que ellos utilizan, pequeñas lámparas de mano hechas en china, algunas viejas verduras, sandalias y nada realmente apetecible  para un consumidor occidental. Sin embargo la actividad social entre las tribus era grande y los pequeños restaurantes vendían refrescos y cervezas a los muchos turistas que visitábamos el área

Desgraciadamente el valle del omo, se ha convertido en una especie de zoológico humano, donde que a pesar de que los hombres y las mujeres aún viven su vida en forma tradicional. Muchos jóvenes utilizan joyería y maquillaje en forma exagerada para llamar la atención de los turistas y así ser fotografiados, haciéndose acreedores de algunos Birrs.  Muchos otros y los más viejos regularmente, encuentran  este tipo de interacción socio económico con los turistas bastante molesta. Algunos pueden llegar a ser groseros e inclusive intimidantes. Recuerdo que una vez que buscaba algún momento para ser fotografiado en los caminos de la pequeña población de Key Afer, un viejo se me acerco desde la distancia y nos saludamos cordialmente de hecho.  Me parecía un  un hombre bastante amable y fotogénico, sobre todo porque llevaba consigo una arma de fuego AK 47 en los hombros que empujaba con sus brazos  hacia la nuca  mientras caminaba. Todo la interacción estaba desenvolviéndose  maravillosamente y hasta nos dimos la mano,  pero cuando  saque mi cámara y con ella en la mano le di a entender que si era posible fotografiarlo. El hombre dejo de usar sus hombros como descanso para su arma y la tomo para apuntarme con ella, mientras me hacía gestos de que me largara y al mismo tiempo él  se alejaba por el camino obviamente enojado.  


Durante las dos noches en que nos quedamos en Key Afer fuimos a visitar una pequeña población de la tribu de los Karo y también el mercado de Key Afer.  Descansando en el campamento durante la calurosa tarde y después  de visitar el mercado, Bruke nos dijo que una ceremonia del salto del toro estaba tomando lugar a tan solo unos dos kilómetros de donde estábamos.


Llegamos al lugar  y las cosas apenas empezaban a suceder.  Había varios nativos y algunos turistas atestiguando el evento. 



El joven que haría el ritual de iniciación para  la vida adulta estaba siendo preparado al igual que los jóvenes que sostendrían y alinearían a los toros para  que estos fueran saltados.  El ritual consiste en que el joven debe tomar la velocidad suficiente para correr entre los alineados lomos de los toros. Si este se cae o no completa el recorrido de todos los toros es prácticamente humillado por las mujeres y debe intentarlo de nuevo.  El joven debe lograr este proceso 4 veces en total.

Antes de llegar a ese momento. Las jóvenes mujeres son flageladas fuertemente en la espalda por el iniciado. Lo verdaderamente perturbador de esta parte del  rito, es que ellas imploran para ser azotadas hasta el punto de que yo mismo vi con mis propios ojos a una mujer llorando y rogando al joven que había parado de darle latigazos para que siguiera. Las heridas en la espalda quedan abiertas  e inclusive algunas mujeres ponen tierra para que empiece un proceso infeccioso que dejara unas terribles cicatrices  en la espalda. Claro que la percepción de cómo se ven las cicatrices depende del punto de vista de cada quien, ya que para las Hamer esas marcas en la piel denotan sensualidad. 

Una vez terminado este proceso de maquillaje de jóvenes y flagelamiento de las mujeres,  todas las personas se empezaron a mover a tan solo unos centenares de metros donde se encontraban los toros. Muchos jóvenes empezaron a alinear a los toros porque el momento del salto sucedería en cualquier momento.
Frente a mí un pequeño grupo de hombres hizo un círculo donde se efectuaron algunos ritos que apenas y se podían ver. Entre ellos estaba el joven motivo de la ceremonia.


Había entre los nativos un pequeño número  de turistas europeos y asiáticos buscando el lugar propicio para fotografiar el momento. Muchos platicaban e interactuaban mientras esperábamos. Tal vez creímos que habría algún anuncio pomposo antes de que el mozo corriera sobre los toros pero no fue así.  El gallardo y esbelto africano paso corriendo sin previo anuncio y este paso el umbral de la hombría sin previo aviso, tal como sucede en la vida de todos independientemente de las diferencias culturales.  


Al otro día nos levantamos temprano y salimos con rumbo a Addis Abbeba en un largo y extenuante día de viaje.  En aquellos días  me pareció molesto y lento el desplazamiento de los vehículos por los caminos y carreteras, ya que por esa misma vía camina mucha gente hacía sus pueblos y villas, acarreando agua, semillas y diferentes productos, mientras otros también lo utilizan también para llevar al ganado alentando significativamente a los vehículos.  Hoy después de tres años de haber realizado ese viaje, ese recuerdo en particular me hace sentir que me gustaría volver a ver eso.










lunes, 1 de junio de 2015

Jerusalen ¿Tierra santa?



Recorriendo las antiguas callejuelas de Jerusalén,  seguía los pasos del profeta; Del controversial rabino en su vía dolorosa.  Repetía esas antiguas oraciones que parecían olvidadas.  Me siento abrigado por un sentimiento de paz como un niño en los brazos de su madre; Es aquella   fe con la que nací y crecí,  es tan parte de mi como mi identidad misma.
En una esquina la potente voz del almuédano llama a la oración desde la mezquita y casi extingue las nuestras. Del otro lado de la calle  siento las  miradas despectivas de los judíos; O mejor dicho de la policía Israelí que abría el paso para nuestra procesión. 
Me siento acogido y seguro en mi grupo. Los judíos y los musulmanes son los otros. En ese momento que tres verdades absolutas se encuentran en el camino, la fe pareciera convertirse en una maldición.

Mi familia (Blanca y Asia) y yo,  llevábamos casi cinco meses viajando por África con destino a Medio Oriente e Israel estaba en nuestro itinerario.  Tras las pisadas  de Moisés cruzamos la frontera de Egipto  con destino a Jerusalén. La tierra prometida.  
Jerusalén una tierra disputada a través de tiempos muy remotos por diferentes culturas y religiones. Su silencioso testimonio ha visto nacer religiones y profetas, pero  ha visto morir a muchos más como defensores o víctimas de las mismas. 

He visitado muchos centros urbanos de diferentes culturas a través de mi vida. Unos revelan un pasado glorioso entre sus ruinas abandonadas, otros apenas y tienen  pequeños vestigios históricos de un mejor pasado, entre una  urbanidad del tercer mundo. Pocos se encuentran en su momento con soberbios monumentos  que vanaglorian  sus victorias y edificaciones  que denotan abundancia y riqueza.

Jerusalén es totalmente distinta a las demás. Jerusalén pareciera resumir la historia de todos aquellos lugares que fueron y aun son. Jerusalén ha visto el nacer y el ocaso de arrogantes imperios y culturas. Egipto, Babilonios, Asirios, Griegos, Romanos, Otomanos, etc. Inclusive da la impresión de que verá el ocaso de las potencias actuales.  Jerusalén es el corazón de la humanidad misma. Que solo dejará de latir para dar fin a nuestra civilización. 

Masada y vistas
Recuerdo que cuando cruzamos la frontera. Fui cuestionado por el origen de mi nombre. La religión de mi padre y de mi abuelo. Esto sucedió debido a que mi aspecto se asemeja a la de una persona de origen semita. 

Al llegar al hostal donde nos hospedamos. Conocimos a un grupo de tres chilenos. Dos de ellos eran  hermanastros.  Raúl  era hijo de una mujer gentil y vive en España,  Deborah su hermana,  era hija de una joven mujer judía.  Según la lectura que hice de la situación, Deborah  sintió ese fuerte llamado que sienten muchos judíos en cierto momento de sus vidas. El retorno a  la  tierra prometida por Jehová al pueblo de Israel.  El otro Chileno era Rodrigo, el novio de Deborah quien daba la impresión de sentirse rebasado y tal vez frustrado por no poder comprender como es que su novia renunciaba al mundo donde nació y vivió toda su vida, dejando atrás todo…….. Inclusive la  relación que ellos tenían.

Juntos rentamos un carro para ir  a Masada.  La cual escalamos  durante el alba, mientras nos extasiábamos con las impresionantes vistas del desierto y las hermosas tonalidades que toma durante el amanecer.  

Masada fue  el último bastión  de los judíos rebeldes al imperio romano hace dos mil años. Irónicamente sus vestigios denotan una gran influencia romana debido a que el gran constructor de las ruinas de Masada fue Herodes el grande. El protegido por los romanos y odiado por el pueblo que gobernaba.  El valiente pueblo de Israel que se refugiaba en Masada, decidió quitarse la vida antes de otorgarle  el poder a los romanos de humillarlos y masacrarlos.  Esto representa la antesala de la diáspora que duró  dos mil años y ese mismo acto de valentía que enorgullece tanto a los judíos hoy en día, les daría la fortaleza necesaria a muchos de ellos para afrontar las atrocidades  que les infringieron los nazis durante la segunda guerra mundial.   

Vistas del desierto desde masada
Desde los pequeños ventanales que aún permanecen  en el muro perimetral de la antigua fortaleza,  se pueden ver las aguas del mar muerto y por el otro lado la improvisada rampa de tierra que los romanos construyeron para subir, con la intención de aniquilar a los revoltosos. Al estar ahí, es prácticamente imposible no pensar que desde esas mismas ventanas, los rebeldes observaban el avance romano y el fatídico destino que los esperaba; Orillándolos a tomar la valiente decisión del suicidio colectivo. El cual consistió en elegir a unos cuantos para que apuñalaran a todos, a uno de ellos para que apuñalara a los verdugos  y  finalmente suicidarse. 

Durante nuestra estancia en el área,  también visitamos Belén, hoy parte de palestina y que se encuentra amurallada por Israel para contener a los palestinos dentro de sus cada vez más reducidos territorios. Conocimos el lugar donde la esposa de Constantino el grande,  (el primer emperador romano cristiano) decidió que Jesús debió haber nacido. Cientos de fieles cristianos visitaban el lugar con una particular adoración. 

Entrada a la sección de las tumbas en el Hebrón
En esa misma visita a Belén nos transportamos  al Hebrón. Ubicado también en la región de palestina y donde vive una pequeña colonia judía en un ambiente de gran tensión. Este pequeño lugar resguarda los restos de Abraham el patriarca de los judíos y pilar de las tres religiones monoteístas. Al bajar del camión que nos transportó a este lugar, decenas de guías palestinos se acercaron para llevarnos por el sitio.  Al intercambio de pocas palabras nos dimos cuenta que los guías parecían mas bien promotores del odio o resentimiento, pues hablaban de llevarnos a lugares donde atestiguaríamos las injusticias y atrocidades que los judíos han cometido en su contra. Llamándolos cáncer de la humanidad o tratando de explicarnos que los musulmanes no son el problema de nuestros tiempos,  sino los judíos.  Haciendo caso omiso a sus comentarios  y evitando involucrarnos en un conflicto ancestral y que en forma evidente no tendrá un buen fin, mejor seguimos solos y  cruzamos  varios antiguos arcos  que se encuentran  debajo de los edificios principales donde  la vida urbana sucedía. Pasamos por  rigurosos puestos de control instalados por la policía Israelí, y nos cuestionaban  sobre nuestra nacionalidad o religión.

Esta policía militar escondía su rostro detrás de cascos y máscaras con grandes anteojos, que  junto con su  uniforme y chaleco antibalas se mostraban intimidantes. Una vez penetrando el área resguardada y después de enseñar nuestros pasaportes, los  rostros ya descubiertos de jóvenes Israelís se mostraban sonrientes, pero al mismo tiempo denotaban frustración por encontrarse en un área en eterno conflicto. 

Una de las estaciones del viacrusus
Sobre la Jerusalén de Herodes el grande,  camino y vivió Jesús sus últimos días. Sin embargo hoy existe un simbólico viacrucis que representa los dolorosos momentos que paso Jesús antes de ser crucificado. Esta es conocida como la vía dolorosa, la cual se encuentra marcada con lunetas en ciertas callejuelas de la ciudad antigua. Esto se hizo  de acuerdo a  los registros bíblicos sobre los sucesos que ocurrieron  antes de su crucifixión, como las caídas que tuvo el profeta al cargar la cruz por ejemplo.  La vía dolorosa comienza en la puerta de los leones, cerca de la antigua fortaleza Antonia, dirigiéndose a través de la ciudad antigua a la Iglesia del Santo Sepulcro.

Policia Israeli y monjes franciscanos en evidente actitud durante el viacrusis


El viernes visitamos el conocido muro de los lamentos para presenciar el Sabbat que es el día santo de la semana judía.  El Sabbat  comienza a partir del atardecer del viernes hasta el momento en que se puede ver la primera estrella en el firmamento el día sábado. 

Muro de los lamentos durante el sabbat
El  muro de los lamentos es el último vestigio que permanece en pie del gran templo que hizo construir Herodes el grande y que fue destruido por los romanos durante la gran rebelión la cual culmino en el año 70 D.C. La destrucción estuvo a cargo del general Tito y este dejo tan solo esta parte del templo para que los judíos no olvidaran que fue Roma quien venció en Judea. 

Durante dos mil años este lugar estuvo fuera del dominio Judío,  aunque durante todo el tiempo fue un lugar de peregrinaje para estos. No fue sino hasta la guerra de los seis días en la que una coalición árabe enfrento a Israel  en el año de 1967 y al ser derrotada por el poderío militar sionista, Jerusalén quedo dentro de sus dominios nuevamente.  Hoy en día centenares de judíos ortodoxos oran y se congregan durante el Sabbat frente al muro. En las oraciones los judíos ponen papeles con sus peticiones entre las grietas del muro, pues es la creencia que en el templo reside Dios. Así mismo bailotean al rezar con movimientos muy extraños. Hay muchas interpretaciones de porque hacen eso, pero al final creo que todas o ninguna se debe de tomar por buena. Unos dicen que dicho movimiento asemeja el movimiento de una flama, o que ese bailoteo es producto de la fuerza estremecedora que produce  la oración al entrar en contacto con dios. 

Durante el Sabbat la actividad económica de Israel se ve paralizada casi por completo ya que de acuerdo a la religión, el dinero no debe ser tocado por nadie  y es por eso que nosotros decidimos estar, visitar y comer en la parte árabe de la ciudad.  El sábado por la tarde esperamos en el hostal a que saliera la primera estrella en el cielo para ir a cenar en el área de bares y restaurantes que se llena de vida los sábados por la noche.

Al dirigirnos a esta área,  vimos una gran manifestación de judíos ortodoxos en las calles que era controlada o contenida  por la policía.  Al parecer el motivo de la manifestación era una exigencia al gobierno  para que no dejara circular taxis en la ciudad durante el Sabbat, ya que este tipo de servicio lo proveen los palestinos a quienes no les importa el Sabbat o las reglas de la tora. Por lo tanto gustosamente tocan los shekels que les caen en las manos.  Mientras eso sucedía un pequeño grupo de jóvenes Israelís que caminaban justo al lado de la manifestación,  se enfureció y empezaron a golpear a algunos ortodoxos que se encontraban en su camino. Rápidamente la policía intervino y trato de calmar los muy tensos ánimos que predominan en esta ciudad en el día a día.

Cuando el pequeño grupo de jóvenes finalmente se alejaba,  amenazaban a los ortodoxos mientras caminaban.  De hecho un poco más tarde y al estar sentados en las sillas exteriores de un restaurant. Vimos pasar de nuevo  al ahora grande grupo de jóvenes con dirección hacía el sitio donde ocurría la manifestación.
Al parecer gran parte de la juventud de  Israel, no es precisamente devota de su fe y todo este tema de la religión, junto con las tensiones que está puede llegar a ocasionar, los enoja en sobremanera; Debido a que son ellos los que deben de enfrentarse en combate por culpa de las creencias de los ortodoxos, quienes no están obligados a enlistarse en el ejército o hacer el servicio militar, mientras ellos si lo están  perdiendo algunos años de su juventud. 

La cupula de la roca
Contentos porque ya nos quedaban pocos días en la santa pero muy tensa ciudad de Jerusalén, pensamos que no podíamos despedirnos de Jerusalén sin visitar  la Roca, pues es una de las edificaciones  más emblemáticas de Jerusalén. La Roca es una mezquita que se ubica justo en la parte de arriba del muro de los lamentos y en la parte alta de la ciudad vieja. Esta fue construida entre los años 687 y 691 por el noveno califa, Abd al-Malik. . 

Dentro del templo se encuentra una roca, la cual según el Islam es el punto de donde se impulsó   Mahoma para elevarse al cielo junto con el arcángel Gabriel.
Claro está que al encontrarse en tierra alta de la base del muro de los lamentos, es otro  punto de tensión para las dos religiones.  Al ingresar al área del patio que rodea la mezquita se debe de cruzar otro punto de control para evitar la filtración de armas.  Ya que los judíos acusan a los palestinos de haber lanzado rocas desde el patio que rodea a la mezquita a la base del muro de los lamentos durante el Sabbat.      

Después de 10 días en Israel partimos hacia la frontera de Jordania con el objetivo de cruzar a este país y visitar las ruinas de petra y las ruinas de romanas de gerasa. En el camión conocimos a un norteamericano cristiano que también se dirigía a Jordania y durante el camino mantuvimos conversaciones de diferentes tópicos, pero invariablemente desemboco en un tema religioso. Citando algunas de sus palabras: “El día del juicio final se encuentra cerca y el tiempo se les agota a los judíos para aceptar a Jesús como su verdadero salvador y el perdón de sus pecados”

Me gustaría tener una mayor riqueza en el lenguaje para poder describir lo contentos que nos sentimos al cruzar la frontera con Jordania y los hastiados que nos sentíamos de la tierra  santa con sus rituales y fanatismos religiosos  llevados al extremo.