jueves, 9 de julio de 2015

La Fiesta grande de Chiapa de Corzo. "Los Parachicos"


Una fiesta para dejarse llevar


En mi opinión como mexicano pienso que ser testigo de una festividad en mi propio país es una experiencia totalmente diferente a la de otra festividad en cualquier parte del mundo. Sin importar que tan bella sea una festividad budista en Asia, tribal en Africa e hinduista en India; En nuestras festividades nos involucramos en forma mucho más emociona,  debido a que somos parte de la cultura y por medio de ellas nos afirmamos. 

 La festividad de los parachicos toma lugar en el estado de Chiapas  que se encuentra en el lado opuesto al estado donde nací y vivo que es Baja California Sur. Aun siendo parte de mi país estos dos  lugares no solo son totalmente diferentes en sus paisajes, sino también en su cultura. Baja California Sur es un lugar desértico con bellas y solitarias playas, las cuales nos rodean tanto por el este como por el oeste debido a lo delgada que es la península.  Los vestigios de una cultura antigua (si es que así se le puede llamar) es la de los rancheros quienes viven en las desérticas sierras de la península y  que son básicamente descendientes directos de los europeos que colonizaron a este lugar;  Además de  las misiones jesuitas que se construyeron en algunos remotos oasis en medio del árido paisaje.    
 En cambio  Chiapas es verde tanto por sus bosques, como por sus selvas. Ruinas de origen maya se encuentran por doquier y los descendientes de esa gran cultura habitan las pequeñas poblaciones del estado adornándolas con sus coloridas vestimentas tradicionales. 
Es básicamente otro mundo y siempre tuve la curiosidad de conocerlo principalmente por la fuerte atracción que ejerce un verde paisaje a las personas que vivimos en los desiertos.  En alguna ocasión me encontré hojeando un libro  de mesa sobre la fiesta de los parachicos con fotografías de Bob y Willem Schalwijk (a quienes conozco muy bien) y fue hasta entonces cuando me puse como meta conocer el estado de Chiapas para la próxima festividad de los parachicos.     


 Todavía faltaban más de 7 u 8 meses para el gran evento y por lo tanto hubo tiempo de sobra para investigar sobre las atracciones arqueológicas y naturales de Chiapas que no son pocas. En esta ocasión me acompaño solamente Blanca mi esposa y viajamos a principios de Enero del 2013 a la ciudad de México desde donde manejamos en un carro rentado, por las carreteras de los estados de Puebla, Veracruz, Campeche y finalmente Chiapas llegando finalmente a Tuxtla Gutiérrez en el atardecer, después de haber partido a las cinco de la mañana de la capital.
La fiesta de los parachicos es celebrada desde el 8 al 23 de Enero de cada año en la pequeña población de Chiapa de Corzo, que se encuentra muy cerca de la capital que es Tuxtla Gutiérrez. En realidad la fiesta es denominada la fiesta grande de Chiapa de Corzo y solo en algunas fechas determinadas los parachicos salen a las calles a bailar. La fiesta es una mezcla de creencias religiosas con tradiciones que reflejan de alguna manera el mundo místico de los indígenas,  mezclado con la religiosidad católica heredada por los españoles durante la colonización. 

El origen de este evento es meramente una leyenda, pues no hay ningún registro histórico que lo compruebe. Supuestamente Doña María de Angulo llego de Antigua Guatemala a la población de Chiapa de Corzo en busca de una cura para su hijo, con quien viajaba  y este se encontraba muy enfermo de un extraño y desconocido padecimiento. Después de visitar a varios doctores  en Antigua, finalmente un curandero le recomendó viajar a Chiapa de Corzo para  que su hijo  se aliviara, ya que dicho pueblo tenía grandes poderes de sanación.  El niño después de pasar nueve días finalmente se alivio y la mujer al darse cuenta de que la población era muy pobre, en forma de agradecimiento empezó a repartir víveres a los indígenas que danzaban alrededor de su hijo pintados y vestidos para parecer europeos, de tal manera que su pequeño hijo no se asustaría, ya que tanto la señora como el hijo eran blancos y de facciones no indígenas, sino más bien europeas.


Hoy en día son muchas las personas que participan en las danzas. De hecho se dice que más del 50% de la población lo hace, juntos con  muchos de los visitantes que vienen de otras poblaciones y estados del país.  De hecho en mercerías y pequeños comercios de Chiapa de Corzo rentan  maracas, sonajas, máscaras y zarapes para disfrazarse y unirse a la festividad.

Todas las máscaras son de facciones europeas y durante las danzas,  los parachicos avanzan por las calles del pueblo,  parando en ciertas iglesias para bailar, al igual que en ciertas casas donde hay algunos santos y de esta forma darles ofrendas por medio de sus danzas que se mueve de acuerdo a los ritmos del tambor, las sonajas y la flauta o pito como la denominan los locales.

Durante las danzas hacen rimas  y cantan improvisados versos a lo que los demás responden. Toda el baile es guiado por el patrón, que es un cargo que se pasa de generación en generación y dicho patrón debe de ser aprobado por toda la comunidad por su ejemplo de vida que transmite hacia los demás. 


El calendario de la fiesta grande es así:

Enero 8: Anuncio de Fiesta Grande y primer día de Chuntá
Enero 15:Segñor de Esquipulas (salida de parachicos)
Enero 16; Anuncio de la Fiesta de San Sebastián Mártir.
Enero 17: San Antonia Abad. (salida de parachicos)
Enero 18: Visita de Parachicos a patrones de difuntos al panteón municipal. (salida de parachicos)
Enero 19: Tradiciónal anuncio de la fiesta de grande de Chiapa por el presidente municipal.
Enero 20: Día de San Sebastián Mártir (salida de parachicos y chiapanecas)
Enero 21: Combate Naval.
Enero 22: Desfile de carros alegoricos.
Enero 23: Misa de Parachicos (salida de parachicos y chiapanecas)

Nosotros atestiguamos estas danzas el día 15, 17 y 18. El día de la visita al panteón municipal, debo confesar que ya nos habíamos dejado llevar por algunas cervezas e inclusive un poco de tequila que nos ofrecieron algunos de los ya un poco descontrolados parachicos.  Entre la multitud que ya habíamos dejado de seguir y para entonces ya nos llevaba entre el caudal de emociones, repetitivos versos, y de estridentes tambores y sonajas, nos quedamos en medio de todos dentro del panteón sin poder movernos para ningún lado, pero fue hasta entonces cuando la naturaleza y belleza de la fiesta grande nos atrapo y dejamos de ser testigos para ser parte de la festividad misma, dejándonos llevar.

La fiesta grande de Chiapa de Corzo es una de esas festividades mexicanas que no vale la pena perderse y definitivamente  debe uno vivirla, pero ciertamente es parte de toda la experiencia que es Chiapas con sus antiguas e icónicas ruinas mayas, sus cascadas y hermosos ríos.